En el último encuentro previo al balotaje, Sergio Massa, el candidato oficialista, se destacó con un rol dominante durante la primera mitad, dejando a Javier Milei ajustándose en la segunda parte.
El ministro de Economía tomó las riendas del primer bloque de temas, implementando una estrategia efectiva en los tres ejes temáticos abordados hasta el corte: el enfoque “Por sí o por no”.
Milei, atrapado en la propuesta de Massa, se vio obligado a responder sobre la viabilidad de sus propuestas clave, como la dolarización, el cierre del Banco Central, los subsidios y las tarifas.
La táctica de Massa, al cuestionar de manera directa, logró desplazar la palabra “inflación” del debate presidencial, un punto que Milei no supo aprovechar.
Además, Massa reveló un dato sorprendente: la experiencia de Milei trabajando en el Banco Central y sugirió que su posición actual podría deberse a motivos personales, insinuando una posible rencilla por la no renovación de su contrato.
Durante toda la noche, Massa demostró solidez al hablar sin necesidad de asistencia de memoria y sorprendió al revelar el pasado laboral de Milei.
El líder del Frente Renovador intentó desacreditar la capacidad de Milei para gobernar, cuestionando su preparación y resaltando su alianza con Mauricio Macri.
Massa se desvinculó del kirchnerismo y desafió a Milei a presentar pruebas en Tribunales si tenía acusaciones en su contra.
Además de las estrategias en el debate, Massa buscó enviar señales fuera del mismo, llevando a dirigentes como Francisco De Narváez, Carlos Maslatón, Graciela Camaño, Alejandro “Topo” Rodríguez y Mónica Fein, junto al ex jefe del Ejército Martín Balza para respaldar su discurso sobre Malvinas.
En cambio, Milei, inicialmente en un rol más pasivo, se vio envuelto en las preguntas de Massa, perdiendo tiempo y la oportunidad de exponer sus propias propuestas.
A pesar de calificar a Massa con apodos como “pinocho” y “ventajita”, Milei mostró menor concentración en la primera parte del debate y no logró desviarse de la dinámica impuesta por el candidato oficialista.
Después de consultar con sus colaboradores en el corte, Milei logró recuperarse en la segunda mitad, intentando vincular a Massa con la casta y el gobierno de Cristina Kirchner.
Si bien destacó deficiencias en la educación y presentó datos negativos de la administración actual, en el bloque de seguridad pareció perderse y cederle el protagonismo a Massa.
Tras el debate, ambas partes extrajeron conclusiones, y las expresiones de satisfacción se reflejaron en las tribunas de Unión por la Patria. Sin embargo, los libertarios, apenas finalizado el encuentro, corearon a viva voz: “La casta tiene miedo”.