Dos hombres de 40 y 47 años se encuentran internados en el partido bonaerense de Berazategui con cuadros de diarrea, vómitos y fiebre, uno de ellos en estado grave, tras haber consumido carne, luego de que otros dos fallecieran en la misma localidad por un posible brote de origen alimentario que investiga el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Los cuatro casos de diarrea aguda se presentaron en las tres primeras semanas de enero, tres fueron atendidos en el Hospital Evita Pueblo y uno en una clínica privada, ambos establecimientos del municipio de Berazategui, y todos presentaron antecedentes de ingesta reciente de carne y derivados, indicó hoy un comunicado de la cartera de Salud bonaerense.
Uno de los pacientes tiene 47 años, inició con síntomas de diarrea, vómitos y fiebre el 17 de enero y el 20 fue internado. Al respecto, el Ministerio infirmó que “evoluciona desfavorablemente con falla multiorgánica”.
“Se encuentra en Unidad de cuidados intensivos, con asistencia respiratoria mecánica”, añadió el comunicado, que indicó además que el hombre refirió haber consumido embutidos y churrascos comprados en una carnicería de Berazategui. En este caso, no se identificaron aún virus o bacterias y el hemocultivo (cultivo de sangre) está en proceso.
El otro internado es un hombre de 40 años, repartidor de achuras y cerdo, que también dijo haber consumido carne de la misma carnicería de una de las personas fallecidas; en este caso, inició síntomas el 14 de enero y al día siguiente consultó por fiebre y un cuadro compatible con erisipela (un brote en la piel) a lo que se agregó diarrea.
Este paciente permanece internado en condición estable, con buena evolución y se identificó que la persona tenía salmonella sp.
En tanto, el municipio de Berazategui informó ayer que dos personas habían muerto con cuadros similares, luego de ingerir carne.
Uno de los fallecidos fue un hombre de 48 años, sin comorbilidades, que comenzó con diarrea y vómitos el 8 de enero y falleció el 12. La persona refirió haber consumido achuras y carne con sabor desagradable y en este caso se confirmó la presencia de Salmonella typhimurium.
El otro deceso fue de un hombre de 36 años que inició con tos, cefalea y fiebre el 13 de enero a lo que se agregó diarrea un día después, y el 16 de enero quedó internado por cuadro de diarrea, vómitos, fiebre, shock séptico y fallo multiorgánico.
Este paciente, que trabajaba en un frigorífico, falleció el 17 de enero y también había comunicado el consumo el 12 de enero de albóndigas recalentadas. En esta persona se identificó la bacteria shigella sp y salmonella sp.
Los casos fueron notificados al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) y desde la Dirección de Vigilancia Epidemiológica y Control de Brotes de la provincia de Buenos Aires se informó que se está realizando una búsqueda retrospectiva de casos de diarrea aguda o con clínica compatible con intoxicación alimentaria, con domicilio en Berazategui y municipios colindantes.
Desde el 1 de enero a la fecha no se registraron otros casos compatibles ni incremento inusual de casos de diarrea aguda, añadieron.
Para la identificación del agente etiológico (causante) las muestras de los pacientes fueron derivadas al Laboratorio Nacional de Referencia – ANLIS Malbrán y las muestras de alimentos -que fueron recolectadas tanto en las casas de los pacientes como en las carnicerías donde hicieron las compras (una de ellas clausurada) se encuentran en el Instituto Nacional de Alimentos y se aguardan los resultados.
“Las salmonellas y shigellas son bacterias asociadas con trastornos digestivos principalmente -aunque no de forma exclusiva-, también Escherichia coli enterotoxigénica”, explicó a Télam el investigador del Conicet Víctor Romanowski, quien dirige el Laboratorio de Virología Molecular del Instituto De Biotecnología Y Biología Molecular (IBBM) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP-Conicet).
El especialista explicó que estas bacterias “se transmiten a las personas principalmente a través del consumo de agua o alimentos contaminados como carne picada cruda o poco cocinada o vegetales crudos (mal lavados) y también por el contacto directo con animales o con personas infectadas”.
“El problema persiste cuando se consumen alimentos crudos, como pueden ser las verduras, contaminados con alimentos de origen animal que contienen esas bacterias o manipulados con manos no higienizadas que estuvieron en contacto, por ejemplo, con pañales de un bebé con diarrea; es un tema para los departamentos de bromatología de los diferentes distritos y de educación de la población en normas de manipulación de alimentos”, precisó.
Frente a este escenario, desde el Ministerio de Salud bonaerense recomendaron utilizar agua segura y si no es agua de red agregar dos gotas de lavandina por litro de agua, hervirla de 2 a 3 minutos o utilizar pastillas potabilizadoras.
Otro hábito importante es lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño y de cambiar pañales y antes de amamantar; también antes y después de preparar alimentos (en especial después de tocar carne cruda) y consumirlos.
También indican mantener la higiene en la preparación de alimentos y utilizar alimentos frescos, limpios, bien cocinados y recientemente preparados.
En relación a los vegetales se recomienda lavar y desinfectar cuidadosamente con agua segura frutas y verduras, sobre todo si se consumen crudas y en lo posible, pelarlas.
En cuanto a la cocción de los alimento, hay que cocinar los huevos hasta que tengan consistencia dura; y no consumirlos si tienen olor o sabor extraño.
Las carnes deben estar bien cocidas por dentro y por fuera, hasta que pierdan totalmente el color rosado, teniendo especial cuidado con la carne picada, hamburguesas, albóndigas, empanadas, pastel de carne y achuras.
Una cocción correcta se logra hasta que no queden partes rosadas en su interior y sus jugos sean claros (mínimo 71°C en el centro de la pieza).
Algo importante es no consumir carne si tiene mal olor al momento de prepararla o si perdió la cadena de frío y tener en cuenta que las carnes no deben descongelarse más de una vez en caso de haber sido frizadas.
También es clave no usar el mismo cuchillo, tabla o mesada donde se apoyó carne cruda para cortar otros alimentos, sin antes lavarlos con agua y detergente para evitar la contaminación cruzada, al igual que separar las carnes crudas y/o sus jugos de los alimentos listos para consumir, principalmente durante la compra, el almacenamiento y la preparación de los mismos.
La leche, derivados lácteos y jugos deben estar pasteurizados y los alimentos frescos y cocidos se deben conservar en la heladera.
Ante la presencia de síntomas se recomienda evitar la ingesta de medicamentos sin indicación médica e infusiones caseras y consultar con un especialista. (Télam)