En un encuentro clave en el Hotel Libertador, Mauricio Macri expresó sus preocupaciones sobre la fiscalización del balotaje, desatando tensiones acumuladas en dos semanas entre los equipos de La Libertad Avanza (LLA) y Pro. El candidato libertario, Javier Milei, preparado para rebatir, ya se había reunido con Guillermo Ferraro, encargado del operativo para asegurar los votos de LLA, para brindar detalles y tranquilizar al exmandatario.
La cumbre marcó el punto culminante de un conflicto originado en la intención de Macri y sus colaboradores de tener mayor influencia en la fiscalización de las boletas violetas, encontrándose con la resistencia del equipo de Milei.
La fiscalización se convirtió en la única manifestación tangible de un acuerdo político cuyos alcances aún son inciertos. Existe la percepción de que la ayuda de Macri a Milei en este aspecto podría traducirse en un crédito futuro en la formación del gobierno, así como una inversión que permitiría al expresidente atribuirse parte del triunfo electoral.
En el trasfondo, la fiscalización se convierte en un campo de batalla por el poder. Macri aspira a que, si Milei gana, pueda reclamar una victoria indirecta. “Lo que hay de fondo con la fiscalización es una puja de poder. Macri cree que si gana Milei, él no perdió la elección. Que puede decir ‘Yo gané a través de Milei’”, comentó una fuente cercana al proceso.
Aunque ambas partes insisten en que aún no hay negociación de cargos, algunos territorios habrían solicitado la elaboración de listas de nombres para considerar posteriormente.
En cuanto a posiciones clave, se rumorea que el eventual ministro de Economía para Milei ya está definido. Se mencionan economistas que acompañaron a Federico Sturzenegger en el Banco Central, y Luis “Toto” Caputo presentó un plan económico a Milei.
En términos de coordinación de fiscalización, los desacuerdos se hicieron evidentes cuando Pro intentó tener más influencia en este proceso. Sin embargo, LLA se mantuvo firme en su control territorial, generando tensiones.
En la reunión conjunta de fiscalización, Pro y LLA trataron de coordinar esfuerzos, pero los roces surgieron cuando se ajustó el dispositivo territorial. Los libertarios insisten en que la batuta de la fiscalización la tiene LLA, mientras que Pro buscaba mayor participación.
Algunos desencuentros se evidenciaron en territorios como San Luis, donde el senador electo por LLA, Bartolomé Abdala, rechazó la intervención de referentes de Pro en la fiscalización de su provincia.
El encuentro entre Macri y Milei en el Hotel Libertador aclaró algunas tensiones, centrándose en la fiscalización. Sin embargo, persisten los desafíos económicos y logísticos en la implementación de este proceso crucial para ambas partes. La cifra exacta de fiscales que Pro aportará a la causa libertaria se definirá durante la veda electoral, mientras persisten las negociaciones para asegurar un proceso fluido el día de la elección.